CAJA OYSTER, SÍMBOLO DE HERMETICIDAD
La caja Oyster del Oyster Perpetual, que garantiza una hermeticidad de hasta 100 metros de profundidad, es un ejemplo de robustez y fiabilidad. Su característica carrura se trabaja a partir de un bloque macizo de acero Oystersteel, una aleación particularmente resistente a la corrosión. Su fondo, con un fino sistema de acanalado, está herméticamente enroscado con ayuda de una herramienta especial; tan solo los relojeros autorizados por Rolex pueden acceder de este modo al movimiento. La corona Twinlock, provista de un sistema de doble hermeticidad, se enrosca sólidamente a la caja. El cristal está realizado en zafiro prácticamente imposible de rayar. Totalmente hermética, la caja Oyster del Oyster Perpetual protege de forma óptima el movimiento que alberga en su interior.
CALIBRES PERPETUAL 2232 Y 3230
Los modelos Oyster Perpetual están equipados con el calibre 2232 (Oyster Perpetual 28, Oyster Perpetual 31 y Oyster Perpetual 34) o con el calibre 3230 (Oyster Perpetual 36 y Oyster Perpetual 41), movimientos mecánicos de cuerda automática completamente desarrollados y manufacturados por Rolex. Estos movimientos, concentrados de tecnología, han sido objeto de varios depósitos de patente. Ofrecen mejoras esenciales en materia de precisión, autonomía, resistencia a los golpes y a los campos magnéticos, comodidad de uso y fiabilidad.
El oscilador del calibre 2232 y del calibre 3230 está dotado de un volante de inercia variable, ajustado de forma altamente precisa con ayuda de tuercas Microstella en oro. Se mantiene firme gracias a un puente transversal, cuya altura es ajustable, que lo fija en una posición muy estable a fin de aumentar la resistencia a los golpes. El oscilador está montado, además, sobre amortiguadores de golpes Paraflex de alto rendimiento, desarrollados y patentados por Rolex.
El calibre 2232 está dotado de la espiral Syloxi que, patentada y producida por la marca, está fabricada en silicio. El calibre 3230, por su parte, consta de una versión optimizada de la espiral Parachrom azul, fabricada por Rolex en una aleación paramagnética exclusiva. Además de ser completamente insensibles a los campos magnéticos, estas dos espirales ofrecen una gran estabilidad frente a las variaciones de temperatura y son hasta diez veces más precisas que una espiral convencional en caso de golpes.
La espiral Syloxi del calibre 2232 presenta una geometría que garantiza la regularidad de la marcha en todas las posiciones; la espiral Parachrom azul del calibre 3230 está provista de una curva final Rolex que garantiza la misma regularidad.
El calibre 2232 dispone de una rueda de escape paramagnética en níquel‑fósforo. El calibre 3230 cuenta con el escape Chronergy, fabricado en la misma aleación y patentado por Rolex. Este escape, que combina un alto rendimiento energético con una gran seguridad de funcionamiento, es además insensible a los campos magnéticos.
El calibre 2232 y el calibre 3230 disponen de un mecanismo de cuerda automática por rotor Perpetual, que garantiza una carga de cuerda continua del muelle de barrilete, proporcionando una energía constante gracias a los movimientos de la muñeca. El primero garantiza una reserva de marcha de aproximadamente 55 horas. En cuanto al segundo, su reserva de marcha es de aproximadamente 70 horas gracias a la arquitectura de su barrilete y al rendimiento superior de su escape.
Los movimientos de los modelos Oyster Perpetual, que únicamente pueden ser vistos por los relojeros autorizados por Rolex, presentan un acabado extremadamente cuidado, reflejo de las rigurosas exigencias de la marca en materia de calidad.
BRAZALETE OYSTER
Los modelos de la gama Oyster Perpetual están provistos de un brazalete Oyster de tres elementos en acero Oystersteel que garantiza un alto nivel de seguridad y confort al usuario. Este brazalete está equipado con un cierre desplegable Oysterclasp, diseñado por Rolex, y cuenta con el cómodo sistema de extensión rápida Easylink, desarrollado por la marca, que permite ajustar fácilmente su longitud en unos 5 mm, para una comodidad óptima en todas las situaciones.
Un sistema de fijación invisible ofrece una perfecta continuidad visual entre el brazalete y la caja.